Había una gran libertad, como se refleja en numerosos
escritos y en la moda: las mujeres (a excepción de las reales, que se
tapaban para no tomar el sol), al igual que los hombres iban con el
torso desnudo en la primera época aunque había empleos en que iban
desnudos: carniceros, marineros, sirvientas, etc. Las relaciones no
estaban controladas, el incesto era habitual en la familia real y ni
siquiera el adulterio de la mujer estaba penado, en el peor de los casos
le costaba un divorcio, aunque en algunos pápiros se relatan casos de
pedradas ante el adulterio de la mujer. El único tabú era el considerar
la menstruación impura, al extremo de dispensar a ciertos trabajadores
de acudir a su puesto durante los días en que la tenía su esposa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario